El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, alegó que su país enfrenta un «segundo llamado a la guerra civil», al denunciar la captura de 125 mercenarios extranjeros provenientes de 25 nacionalidades. Según Maduro, esta operación tiene como objetivo desestabilizar su gobierno y responde a un plan financiado externamente.
Sin embargo, hasta ahora, el gobierno venezolano no ha presentado pruebas públicas de las acusaciones ni de las capturas anunciadas.
Entre los capturados, Maduro destacó la presencia de:
Tres mercenarios ucranianos, supuestamente provenientes del conflicto en Ucrania.
Dos estadounidenses, uno de ellos señalado como un alto funcionario del FBI y el otro como un alto funcionario militar.
Dos sicarios colombianos, quienes habrían confesado sus intenciones de llevar a cabo acciones desestabilizadoras en Venezuela.
“Cayeron con los kilos, como decimos en Venezuela. Están las pruebas”, afirmó Maduro, indicando que las detenciones permitirán avanzar en la desarticulación de lo que describió como una agresión mercenaria.
El mandatario venezolano denunció que estas acciones forman parte de una estrategia internacional para provocar una crisis interna. “Es el llamado a un golpe de estado, el llamado a una guerra civil. Otra vez, un llamado a golpe de estado, otra vez, un llamado a guerra civil”, enfatizó en sus declaraciones.
Maduro afirmó que este «segundo llamado» busca profundizar la inestabilidad en el país y provocar enfrentamientos internos. Asimismo, acusó directamente al gobierno de Estados Unidos de financiar estas acciones, reiterando su postura de resistencia ante lo que considera una agresión externa.
Estas declaraciones llegan en un momento de alta tensión entre Venezuela y la comunidad internacional. Las relaciones con Estados Unidos se han caracterizado por sanciones económicas y acusaciones mutuas.
El presidente venezolano vinculó los recientes acontecimientos con lo que considera una estrategia continuada de desestabilización dirigida por potencias extranjeras, particularmente el gobierno saliente de Estados Unidos.
Maduro insistió en que su gobierno no permitirá que estas acciones avancen y llamó al pueblo venezolano a mantenerse en alerta. “No nos vamos a quedar cruzados de brazos jamás”, declaró, subrayando la importancia de defender la soberanía nacional ante lo que describió como intentos de fomentar una guerra civil.
Tomado de Agencias