El canciller Roberto Álvarez asistirá este miércoles 21 de diciembre a una reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas en la que será valorada la permanencia de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).
La resolución en la que se plantea de manera fundamental la extensión de la permanencia de la sede en aquel territorio, también se ordena que el órgano se reúna cada 90 días para actualizar la situación que se vive en dicho país, destacó este lunes la Cancillería en un comunicado.
Álvarez, tal y como ha expresado en reuniones anteriores del organismo, volverá a plantear el apoyo de República Dominicana a la propuesta por el secretario general de la ONU, António Guterres, sobre la necesidad de movilizar una fuerza robusta en Haití capaz de poner fin a la violencia desatada por las bandas armadas, infiltradas por el poder político y económico.
Se espera que el jefe de la diplomacia dominicana llame la atención ante la grave situación humanitaria y de inseguridad que se vive en el vecino país y que mantiene a gran parte de la población encerrada en sus hogares sin poder acceder a servicios básicos como salud, alimentación y educación.
Durante su intervención en el cónclave, el ministro Álvarez estará acompañado del embajador, representante permanente de República Dominicana ante la ONU, José Blanco.
Como se recordará, el pasado mes de octubre, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, solicitó una fuerza armada internacional para con tribuir a luchar contra las bandas que controlan partes de la capital.
En la actualidad, más del 60 % de la región de Puerto Príncipe es rehén de bandas armadas que matan, secuestran, roban y violan impunemente, mientras las autoridades estatales se muestran totalmente impotentes ante unos grupos muy poderosos y bien armados.
Hasta el momento, Estados Unidos y Canadá han encabezado las conversaciones para poner en marcha esta fuerza internacional, pero hasta ahora, ninguno de las dos naciones ha tomado la determinación de liderarla.
Igualmente, existen dudas sobre cómo serían recibidas las tropas internacionales en Haití, un país que ha sido víctima de varias intervenciones extranjeras y en donde los “cascos azules” de la ONU, desplegados entre 2004 y 2017, propagaron el cólera y desencadenaron una epidemia que terminó con la vida de unas 10 mil personas.
