👁Visitas: 4313572

ELDIA_0022823005-1024x683

Jet Set, víctimas exigen justicia a cuatro meses del colapso

La velas están apagadas, algunos carteles yacen en el piso. Solo unas cuantas flores frescas adornan la acera que una vez fue la pasarela de entrada a la discoteca Jet Set.

Hoy se cumplen cuatro meses del colapso del techo del centro de entretenimiento, donde murieron 236 personas y más de 180 resultaron heridas durante un concierto del merenguero Rubby Pérez, quien también falleció.

Aunque el lugar no estuvo del todo vacío, el ambiente era de duelo. Una misa fue celebrada en la explanada del antiguo local, encabezada por el padre Rogelio Cruz, quien exigió justicia para las víctimas.

“Nosotros hacemos el compromiso de que todos los días 8 de cada mes estaremos aquí, clamando justicia”, declaró el sacerdote antes de iniciar la eucaristía.

A juicio del religioso de la Diócesis Padre Montesinos, la respuesta de la justicia dominicana no está a la altura de la magnitud de la tragedia ocurrida el pasado 8 de abril.

“Nos engañaron diciendo que fueron 230; los congelaron ahí, los negociaron, pero fueron muchos más. Frente a esa tragedia que enlutó este país, nosotros estaremos cada día 8 por aquí durante un primer año, y si hay que seguir, seguimos. Hacemos una petición: que este lugar sea convertido en un mausoleo”, expresó.

Mientras el padre Rogelio hablaba con la prensa, miembros de la Policía Nacional grababan su intervención. El sacerdote se mostró molesto.

“A mí no me graben, Policía, yo no soy ningún delincuente. Ustedes saben dónde están todos los delincuentes de este país”, exclamó, antes de invitar a los agentes a unirse a la misa y “entregar sus corazones a Jesús”.

Lo que fue un lugar de fiesta terminó convertido en escenario de horror. El establecimiento, propiedad del empresario Antonio Espaillat, quedó marcado por la tragedia. Una noche que debía ser de alegría se convirtió en una pesadilla.

Durante el acto de conmemoración, el padre Rogelio reiteró que el lugar debería ser demolido para levantar allí un mausoleo donde los dolientes puedan rendir homenaje a las víctimas.

Leonardo Suero, uno de los asistentes a la misa, expresó que tanto Antonio como Maribell Espaillat “están presos en sí mismos, porque no pueden ir ni a un restaurante y no se sienten libres por esta catástrofe. Aunque esta justicia y este gobierno los han tratado bien, la llama del infierno los espera”.

Dijo estar de acuerdo con la construcción del mausoleo, pero señaló que lo más importante es todo lo que se ha callado.

“Esperamos por los 236. Antonio Espaillat no debe seguir sonriendo, ni seguir comiendo a las 12 del mediodía frente a sus familiares mirándoles a los ojos, porque esta sociedad es la verdadera cómplice. Si hubieran sido personas sin nombre, estarían presos. Pero de su alma… él siente un vacío, porque la sangre de esos muertos lo va a perseguir siempre”, sentenció.

Ángela Castillo, antigua integrante de la junta de vecinos, también respaldó la idea del mausoleo, aunque pidió que se haga de forma cerrada, “por ciertas cosas que se conocen y que prefiero no mencionar”.

“Viví ese momento. Soy parte de las personas que quieren que se construya el mausoleo, pero que lo hagan cerrado”, dijo.

El dolor sigue presente. La justicia, ausente. Y la promesa de regresar cada día 8 se mantiene como el único compromiso firme en medio del silencio.

Tomado de El Día

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *